Ahora que la Suprema Corte de Justicia de la Nación da pie a que se legisle en materia del aborto a nivel nacional, vuelven las reacciones y controversias de un tema delicado en materia legal, moral y económico.
Queda claro:
EL ABORTO NO DEBERÍA EXISTIR, y existe.
Tampoco deberían existir adolescentes con embarazos prematuros por falta de educación sexual, tabúes o acceso a métodos de anticoncepción y los hay.
Tampoco deberían existir familias en la pobreza que no tienen acceso a servicios de salud y planificación familiar y las hay.
No deberían existir las condenas que la iglesia católica hace a quienes usan anticonceptivos y las hay.
No deben existir curas pederastas y violadores, y los hay
y los protegen.
No deberían existir niños en la calle, que no tienen acceso a una educación.
Si una adolescente o joven tiene relaciones sexuales, por no estar informada de su sexualidad, y se embaraza, sufre el anuncio del embarazo, sufre la discriminación social, sufre el rechazo de la familia, sufre la cancelación de proyectos de vida, sufre físicamente y ¡además deseaban los líderes católicos que se les encarcelara!
Ahora amenaza con la excomunión:
La excomunión es la expulsión, permanente o temporal, de una persona de una confesión religiosa. Durante el período de la excomunión, el afectado no forma parte de la comunidad, de donde el nombre de la sentencia, del latín ex communicatio[ne]. En los casos más severos, pierde la facultad de concurrir al culto normalmente, y de tomar parte en las ceremonias religiosas. Las diversas iglesias cristianas cuentan con normas para la excomunión o el trato con los excomulgados.
Wikipedia.
Bendita excomunión.
El aborto existe y existe en condiciones insalubres y peligrosas para la vida y salud de la mujer. ¿Corre riesgo de morir y además desean la cárcel? Entonces un embarazo no deseado sería pena de muerte (por el riesgo) o pena de cárcel.
¿A caso creen que lo hacen por gusto, por diversión, por deporte?
Leyes y religiones antiguas hechas por personas
del género masculino.
El aborto no debería de existir, tampoco la desinformación.
Si no se les dan derechos, por lo menos que no se les quiten y menos que las condenen.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Redondillas, Juana de Asbaje