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domingo, 18 de marzo de 2012

Arnica para el corazon

Semilla de árnica

Hace unas semanas tuve que ir a arreglar unos papeles a oficinas de gobierno. Pfff, me trajeron de un lugar a otro:
— Le hace falta éste documento
— Pase a que le revisen los papeles
— Le faltó el dato del número de serie, vaya a que le extiendan una aclaración.
— Le dije dos copias no una
— Tráigamelo con 5 copias por favor.

En fin, me trajeron de oficina en oficina y cada una estaba a 1 hora de distancia, pero finalmente acabé el trámite.

A la salida de unas de las oficinas, había varios puestos en la calle, de tacos, de comida, de discos y uno en especial con un señor ya grande que vendía hierbas para ciertas dolencias. Me llamó la atención que vendía árnica tanto fresca como seca.

El árnica ha sido tan buscada últimamente que los lugares donde solía haber grandes extensiones de flores ya no las hay, pues los que cortan la flor no dejan algunas para que se reproduzcan en el mismo lugar, agotan la fuente de semilla. Es triste pero cierto. Es ese pensamiento de antaño en el que decían que el agua nunca se va a acabar, ni las plantas ni el aire.

Me interesó el árnica seca, pues tenía semilla todavía y me interesa sembrar en mi casa, para tener fresca y principalmente por el gusto de sembrarla, verla crecer y disfrutarla. Como no tenía cambio, me dio una bolita de biznaga, que se usa para, según dice, el cáncer.

En la conversación que siguió me dio una receta para curar las heridas del corazón, que al parecer, según los ingredientes, si funciona, o por lo menos parece aliviar.

Me acerqué al puesto y le pregunté al señor
— ¿cuanto cuesta el árnica seca?
quince pesos (dijo)
— me da uno, por favor
¡es buena para las heridas!
—¿y para las heridas del corazón también sirve? (dije)
sí claro, mire, para las heridas en la piel tiene que macerar un puñito así de árnica en un litro de alcohol de 96° o tequila del bueno y esperar unas 2 semanas. Ya con ese alcohol lo aplica en la herida o golpe en forma frecuente hasta que desaparezca la dolencia.
—¿y para las heridas del corazón cómo se hace?
Ah mire, es casi igual, toma estos tres dedos de árnica y los pone en un lítro alcohol o de preferencia de tequila puro, lo agita, y ese no es necesario dejarlo reposar, más bien se toma una copita cada que le duela, hasta que se le pase la dolencia.

Me pareció lógica la receta.
Ya sembré mis semillas y esperaré a que crezcan para tener el remedio para casos de emergencia o de golpes al miocardio.
Manojo de Árnica y biznaga

jueves, 1 de marzo de 2012

¿Me cambias un 21?

No, no se trata del juego de cartas (Black Jack) no.

Recuerdo en la secundaria (y quizás también en la primaria) que cuando nos subíamos al autobús para ir a algún lado de la ciudad, a cada uno le daban su boleto de pasaje, y había un "juego" que se "sabía" inherente y que decía que, quien la suma del folio de su boleto, sumara un total de 21 podía (tenía derecho) a cambiarlo por un beso con una de las compañeras del grupo (claro, si ella estaba dispuesta).

Por el contrario, si la suma de los dígitos era igual a 18 cualquier compañera tenía derecho de darte una cachetada (quisieras o no). Obviamente en más de una ocasión me tocó ver buenas cachetadas, besos creo que solo uno.

Dice el dicho que "afortunado en el juego ... desafortunado en el amor".

¿Entonces donde &%$#&dos queda esto? ¿En un juego o es amor? Digo ... a mí nunca me había tocado un 21 y ni siquiera un 18 (de menos!!) Tal vez no lo deseé demasiado.

Desde entonces, cuando me subo aun autobús sumo los dígitos con la esperanza de que algún día me caiga un 21 ... o de perdis un 18!!!

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hoy ... finalmente me salió un 21 ... ¿me lo cambias?