Páginas

domingo, 29 de abril de 2012

El árbol y el duende

Hace mucho que no leo cuentos que se refieran a duendes.

Ayer, por cosas de coincidencia me llegó el dato de un cuento que se refiere a un duende. Una persona muy importante para mi, me sugirió que lo citara  en el blog, pero mejor lo publico "tal cual" para conservarlo aquí en la base de datos de éste blog. Y a partir de este, buscaré más cuentos referentes a duendes y los iré poniendo y/o citando en éste espacio (se reciben datos al respecto). Espero les agrade.

Este cuento lo encontré en el blog del Grupo Scout 11 y que marca como autora a Claudia Orozco, el título es El árbol y el duende y me pareció muy interesante la lectura. El cuento está incompleto, espero que pronto lo completen.

Quienes me conocen o me siguen en las redes sociales, se darán cuenta de lo "coincidente" de las palabras que se mencionan en éste cuento, mi vida y forma de pensar y los que me rodean.

Copio el texto.


El árbol y el duende

Autor: Claudia Orozco
Es todo muy extraño. Me han contado que existe un árbol con tallo blanco y ramas frondozas azules. Cuyas hojas cambian entre colores tenues y fuertes.
Este árbol atípico no da frutos, da bondades. Es sin embargo, sumamente difícil encontrarlo. Tengo entendido que solo un duende muy pequeño habla de ello y el personaje tiende a ser malhumorado por lo que nadie casi, se atreve a preguntarle. Esto sin mencionar que el duende es tan pequeño que para encontrarlo debes estar muy atento. En un parpadeo, ese duende diminuto y veloz, es capaz de recorrer grandes distancias…
Tengo planeado, esta noche, quedarme en vela, en busca de ese duendecillo. Sé bien lo mucho que vale la pena. Las bondades son escasas y si acaso yo algo consiguiera, sería, segura estoy, doblemente felíz. Y es que si la gente supiera lo felíz que es alguien bueno, ya estarían rastreando al duendecillo sin descanso.
Es mejor no hablar mas de esto por ahora, así me da mas tiempo de buscarles y en un golpe de suerte me topo con ellos.
Claro está decir que habrá que encontrar la manera de, una vez al encontrar al pequeñito ese, caerle bien. Me han dicho que ese duende seguido no responde, que es malcriado y que da unas cuantas pistas solamente. Está de mas decir que el elfo tiene una voz muy queda por lo que un absoluto silencio es importante para lograr entablar una conversación con él.
El duende que tanto esperaba ver…
Tras varias noches en las que he estado sumamente alerta ante cualquier mínimo ruido, escuché de pronto algunas vocecillas y dos o tres risillas. Al principio me molesté, he de confesar, pues tal parece que ese diminuto duende se estaba divirtiendo con mi frenética busqueda. Pero como ya me lo habían advertido, ese duende tiene fama de malhumorado y mas vale hacerle al simpático. Lo que no me había contado es que fuera tan burlesco. Una vez que lo ví, rompió en carcajadas apuntandome con su dedo índice que era tan pequeño, que parecía una aguja afilada.
Sonreí un poco, buscando agradarle a pesar de sus burlas.. que buen comienzo, me dijo, para buscar las bondades… una sonrisa siempre trae beneficios pero no es suficiente… y soltó una segunda carcajada larga, casi interminable que duró tanto tiempo que cuando volví a entrar en razón no vi mas al pequeñín… no supe en donde se metió…
El pergamino del duende
Me voy a olvidar de ese duende pues debe ser un pillo. Eso de que le de risa tan solo mi cara y mi frenética busqueda de ese árbol azul no puede ser bueno.
Estoy concluyendo que ese pequeñuelo burlesco debe ser una fantasía, tal como lo es la bondad auténtica y la felicidad misma… y me quedé dormida con estos últimos pensamientos… que bien dormía, descansaba tanto que seguro una sonrisa se asomaba de nuevo por mi rostro… pero de pronto, deben creerme pues no imagino cosas, un golpe en mi naríz me sacudió… y ahora que pasa, me dije, y al abrir por primera vez mis ojos, encontré al duendecillo ese sobre mi naríz, dándome con una pequeña rama en mi narizudo hueso… se veía, no van a creerlo, como si ese duendecillo se estuviera ensañando conmigo por mis malos pensamientos sobre el… tenía él la nariz arrugada como quien muestra su enojo… y en el último golpe que me dió este diminuto personaje me dejó un pequeño pergamino que tuve luego que descifrar con la ayuda de una lupa y que decía: “La sonrisa debe venir desde tu interior, hablo de esa alegría con la que solo tu corazón se identifica… vendrá de escucharte a ti mismo sin ningún rodeo y también vendrá sobre todo, de tomar aquellas difíciles decisiones que te llevan, tan solo, a hacer lo que tu quieres realmente…”
El duende se fué muy molesto conmigo, seguro no lo volveré a encontrar por haber desconfiado de él.
Vaya que tenía una letra fea y pequeña el pergamino… que trabajo me dió descifrarlo…
Y llegó un nuevo día, decía… entusiasmada por aquel encuentro y por aquellas frases del pergamino, estaba decidida a ir mas a fondo.
Al verme al espejo esa mañana noté en verdad mi nariz rojiza, seguro afectada por aquellos golpecillos del duende… de hecho, podía ver incluso un moretón en ella.
Cuando tenga un tiempo y se me pase este tremendo dolor de nariz, tendré que pensar hacia donde enfoco mi esfuerzo…
No se qué se ha creído ese engreído duende…
Que es lo que voy a encontrar?
Decidí ahora yo seguir con ese medio de comunicación que parecía estar llevando a algo mas y le dejé un papel con las letras mas pequeñas que haya escrito jamás para darle el gusto al duende y para que no le resultara complicado la lectura…
Qué es lo que puedo encontrar? le pregunté… a decir verdad no creo en historias fantasiosas, leyendas ni recetas mágicas.
Sin embargo, no lo interpretes mal, no es curiosidad lo que me lleva a esta búsqueda. Es, mas bien, como un anzuelo que veo mas adelante que me muestra un escenario muy felíz, completo y lleno de colores.
La alegría con la que mi corazón se identifica… bonita frase pensaba. Pero seguí escribiendo: Si lo que hay que hacer para encontrar bondades es ir hacia aquel árbol, lo mas sencillo es que me dibujes un mapa para que pueda llegar. Nada mas se específico y dime claramente cómo y qué es lo que voy a encontrar. Mi tiempo, compañero es de verdad escaso, no me lo tomes a mal, mi tono no es exigente, es sin embargo, de verdad apresurado. Espero me puedas dar una respuesta concreta, de ser posible hoy.
Que lenguaje de oficina me salió -pensaba- y como me tardo en hacer esta diminuta letra.
Voy muy retrasada pensé, y dejé aquel post-it sobre mi almohada.
Una pista azul…
Pasaron días y no volví a saber del personaje. No había mas señales. Al menos me había dejado de doler mi nariz. Que alivio.
Esa noche caí en verdad rendida por el sueño. Con ese cansancio que da al mismo tiempo una gran satisfacción de haber vivido el día a tope. Con un poco de paz que me hacía también, recobrar poco a poco la energía.
Sin mayor aviso una lluvia de luces de muchos colores calló sobre mi. Era como estar en una noche pleanamente oscura, llena de luces a decir verdad, destellantes y admirables. En medio de tanto contraste entre la oscuridad y la iluminación, pude enfocar al fondo, con muy pequñas letras lo siguiente:
“Cuál ha sido la mejor experiencia en tu vida?” seguían aquellas luces que cada vez cobraban mas fuerza y venían al mismo tiempo algunas imágenes… pasaban frente a mis ojos algunas experiencias en donde sin más, rostros se dibujaban… los rostros de aquellos con quienes por casualidad me crucé por la vida y con los que entablé lazos entrañables… o el rostro de algunos otros a quienes por azhar o por destino, quizá por accidente mismo sentían que algo bueno había hecho por ellos y podía leer de sus labios la palabra “gracias”… observé también los rostros de otros tantos que yo de verdad no conocía y que sin embargo me decían con gran seguridad que mi vida había rozado la suya para hacerles algún bien…” era una escena conmovedora, en la que tan solo un largo silencio se apoderó de mi mente y de mi corazón…”
Y el tiempo pasó… las luces que eran cada vez mas tenues se alejaban y llegué a un punto en el que de nuevo estaba en medio de un sueño reparador…
Desperté como si hubiera dormido lo mas profundamente posible. Y como siempre acelerada por ver el reloj de esa nueva mañana. Me asombró mucho ver esta gran mancha azul en mi rodilla aunque, con tanta prisa, tendré que revisarla después… que extraño me resulta este cambio…
Por cierto aquel post-it que había dejado al duende tiene borradas mis letras y en cambio aparecen unas muy pequeñas que dicen: “solo tu tienes el mapa y los pasos precisos a seguir para llegar al árbol de las bondades…” La pregunta no es qué es lo que vas a encontrar sino qué es lo que vas a buscar…”
CONTINUARA…


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Hola:
Si lo que deseas es contactarme personalmente puedes escribirme un correo
(para ver mi correo click aquí)

O llena los espacios de abajo para que tu Comentario aparezca en el Blog.

Síentete libre de comentar :)

Ah! No olvides poner tu nombre o apodo